La isla Es Vedrá se erige fuera del agua como un dinosaurio prehistórco, en la que no crece casi vegetación. El sacerdote carmelita Don Francisco Palau creó el monasterio en la zona de Es Cubells. Mientras meditaba en la isla, tomó notas exactas de apariciones y seres luminosos extraterrestres. Grandes circulos de luz con un diámetro de hasta 50 metros que brillaban desde el fondo del mar hasta la superficie, incluso en la actualidad los viejos lobos de mar evitan en lo posible pescar en sus cercanías.
Se dice que Es Vedrá desprende una fuerte energía magnética que provoca fenómenos inexplicables
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